La investigación destaca que, en el caso de la bahía gaditana, esta ha sufrido “distintas oscilaciones marinas”, lo que modificó “la cota del nivel del mar hacia los siglos IX y VIII antes de Cristo”. Esta subida de las aguas y su posterior retroceso, así como la deforestación y los cultivos, fue modificando progresivamente el contorno de la rada. “Este proceso genera islas en medio de esta, como Cádiz o San Fernando. La génesis de las islas gaditanas y el relleno de la bahía se asocian claramente a fenómenos tectónicos, con dos fases de actividad y la existencia de líneas de fallas”. Los científicos hablan de modificaciones de la cota del mar de hasta seis y ocho metros en los últimos 6.500 años.
El Centro Andaluz de Arqueología Subacuática realizó varias campañas de prospección en el entorno del islote de Sancti Petri con motivo del hallazgo de unas estatuas de bronce en 1992 y “diversos sillares de piedra alineados y materiales sin contexto”. Otras intervenciones se realizaron posteriormente en la zona cercana a la desembocadura del caño de Sancti Petri, pero tampoco hubo resultados de época fenicia arcaica. En 1985, se abrieron dos sondeos en la zona sur, pero solo se halló una “inhumación tardorromana o medieval” y “algunas cerámicas de barniz rojo y grises de época romana”. “Por lo tanto, más allá de los exvotos, nada es lo que puede relacionarse estructuralmente con el santuario. Únicamente la documentación de diversos tipos de estatuillas en este entorno amplio de la desembocadura puede ponerse en relación con tan venerado santuario”, dice el estudio.
El artículo señala también otro factor para descartar el islote como lugar para levantar el templo: la niebla. “Hoy los barcos circulan con radar y/o GPS por el canal balizado sin inconveniente alguno. Sin embargo, el castillo de Sancti Petri y sus corrales rocosos circundantes pueden aparecer y desaparecer varias veces en cuestión de pocos minutos en función de la bruma, hasta llegar a ser invisibles a pocos metros. Este es un factor marítimo más que desaconsejaría Sancti Petri como lugar elegido para Melqart, máxime a una cota baja de marea”.
Por ello, el estudio de la Universidad de Córdoba se inclina por “el primer punto en alto, por encima de las oscilaciones del mar, bien visible, que vería un barco cuando llegaba al umbral de la puerta fenicia de Gadir. Se trata de un punto situado en mitad de la bahía, más prominente incluso que el mismo Gadir insular”. Si en época fenicia la cota del mar era unos seis metros más alta, Sancti Petri permanecería bajo las aguas (su punto más alto es de ocho metros sobre el nivel del mar), pero no el actual San Fernando, que “se convierte en dos islas”, que posteriormente se unen.
“Emerge con neta claridad, por tanto, que la situación orográficamente más apropiada para el templo no puede ser el islote de Sancti Petri, sino el cerro de los Mártires o isla meridional de San Fernando, en la actual zona suroeste del área militar de Camposoto”. Este se sitúa justo frente al fortín fenicio de Chiclana, lo que formaba una “puerta fenicia” de acceso a la ciudad. Camposoto se ubica, en la actualidad, entre 20 y 30 metros sobre el nivel del mar; es decir, entre 18 y 27 en época púnica arcaica. Por tanto, “los fenicios, expertos en navegación y mareas, no deberían haber elegido nunca un lugar como Sancti Petri, tanto por su dificultad de navegabilidad como su exposición al enemigo oceánico. Ni, de haberlo hecho, el santuario habría durado nunca la decena de siglos que perduró”.
Al Cádiz del siglo IX antes de Cristo se llegaba únicamente por vía marítima. La vía Heraklea, y la posterior Augusta, que lo unía a San Fernando, solo pudo construirse en época tardorrepublicana, cuando ya se había consolidado una flecha arenosa que conectaba ambos núcleos. “Utilizando los datos PNOA-LiDAR [láser] y el resto de argumentos [historiográficos y geológicos], se desvela quizás la probable situación del santuario de Melqart Gadirita en San Fernando. De comprobarse algún día esta hipótesis en un entorno arqueológicamente inexplorado, la isla cobraría, de nuevo, su justo y merecido protagonismo en los orígenes de Gadir. No en vano albergaba su más potente centro logístico bajo la advocación del dios protector de los caminos y del comercio”, termina Monterroso-Checa.
Cerro de los mártires San Fernando
No hay comentarios:
Publicar un comentario