In memoriam Pedro Morales Cuenca.


En la localidad conquense de Torrejoncillo del Rey, fue descubierta en el año 1955, por D. Pedro Morales, una cavidad revelada en sueños, como un lugar donde encontraría un singular tesoro escondido en un palacio de cristal.

Tres meses de intensos trabajos dieron como resultado el hallazgo de una cavidad subterránea que resultó ser una mina romana de lapis specularis, de la que no quedaba ni el recuerdo.

En la actualidad, gracias a la intervención de la asociación arqueológica: Cien mil pasos alrededor de Segóbriga y la diputación provincial de Cuenca, se ha convertido en lugar de obligada visita tanto por su interés histórico como cultural.

Si deseas saber más sobre esta historia, accede mediante este link

https://moraencantada.blogspot.com/2011/04/historia-de-un-sueno.html


jueves, 28 de octubre de 2021

VIDA LABORAL EN ROMA

 

La vida laboral en roma

 y la consideración de los trabajadores

 según su oficio






El trabajo ha sido una necesidad humana desde el amanecer de los tiempos. Mujeres y hombres se han visto en la necesidad de trabajar para subsistir y mejorar sus condiciones de vida y la época romana no fue una excepción.

Hoy concebimos el trabajo como una dignidad y un derecho fundamental, pero hay que recordar que esto no siempre ha sido así, porque en las sociedades grecolatinas progresivamente se incubó un sentimiento de desprecio hacia el trabajo en general y, especialmente, hacia el trabajo manual y retribuido.

La causa principal de ese sentir negativo hacia el trabajo fue la existencia de la esclavitud y su integración en la estructura económica de muchos pueblos. La tenencia de uno o varios esclavos suponía para sus dueños disponer de una mano de obra numerosa, forzosa y gratuita, así como la ventaja de excluir el trabajo de sus condiciones de vida.


A los esclavos les fueron reservadas las tareas físicas más duras, las actividades manuales, aunque también hubo esclavos dedicados a otras tareas más intelectuales, como la enseñanza, la medicina, etc., las denominadas profesiones liberales.

Al mismo tiempo, filósofos e intelectuales como Platón, Sócrates y Cicerón fomentaron entre las clases altas la idea de que el trabajo era un “dolor”, un “castigo”, algo que era propio, por tanto, de los esclavos.

PROFESIONES MANUALES E INTELECTUALES




Del pensamiento griego procede también la distinción entre “profesiones manuales” y “profesiones intelectuales o liberales” (studia liberalia), una clasificación que Cicerón llevó a la praxis laboral romana, rechazando la mayor parte de las actividades de los comerciantes, usureros, artesanos y, en general, de todos aquellos que recibían un salario por sus esfuerzos y no por sus talentos (actividades inliberales et sordidi). Por el contrario, ensalza la agricultura y otras profesiones que denomina “sabias” o “liberales”, como la medicina, arquitectura o la enseñanza.

La jurisprudencia romana también se hizo eco de esta clasificación, que por otro lado fue modificándose al compás de los tiempos: trabajos antiguamente considerados indignos pasaron a tener un reconocimiento social mucho más positivo. El jurista Ulpiano enumera una serie de profesiones consideradas un arso pertenecientes a los studia liberalia, pero lo hace desde un punto de vista jurídico-económico, en función de la forma de percibir la retribución por sus servicios.

Por regla general, los trabajadores intelectuales recibían unos honoraria (honorarios) por el trabajo realizado, mientras que los trabajadores manuales percibían una merces (renta, que aquí sería el equivalente de un salarium o salario), en función de la forma contractual con la que se hubiese formalizado el acuerdo de trabajo. Por el hecho de recibir una merces en las fuentes los trabajadores aparecen denominados mercennarii (trabajadores manuales, no especializados, asalariados, de donde procede el vocablo “mercenario”).

EL TRABAJO EN EL CAMPO




De todas las ocupaciones del Mundo Antiguo, en Roma la agricultura fue siempre considerada la más digna y provechosa. No puede olvidarse que fue la actividad económica principal entre los antiguos y Roma fue, durante siglos, una comunidad de agricultores.


Catón el Viejo recordaba, en el prefacio de su tratado De Agri Cultura, que al hombre de bien los antiguos lo llamaban “buen agricultor”, considerándolo el mayor elogio. Cicerón, entre los oficios dignos, también enumeraba en primer lugar la agricultura. Sin embargo, la coyuntura de la esclavitud desvirtuó la práctica de este noble oficio. Los esclavos, desde el siglo II a. e. c., fueron desplazando progresivamente a los hombres libres de las explotaciones agrícolas.

LA MEDICINA




Los médicos fueron apreciados en Roma, pero no en todas las épocas. Procedentes de Grecia, cuna de la Medicina, muchos de ellos llegaron inicialmente en calidad de esclavos a finales del siglo III a. e. c., aunque ejercieron posteriormente su profesión unos como libertos y otros como hombres libres.

Por Catón sabemos que no eran apreciados en su tiempo (s. II a.C.) y despertaban escasa simpatía en la sociedad de la época. A través de Plinio sabemos que llegó incluso a prohibir a su hijo todo contacto con médicos: “interdixi tibi de medicis”.

En el siglo I a. e. c., Cicerón considera ya la Medicina un ars. Sus servicios eran muy valorados en Roma y, además, remunerados, salvo que fuesen libertos y estuviesen ligados por el derecho de patronato. Durante la época imperial se incrementó notablemente su prestigio social y llegaron a ser receptores de numerosos privilegios, como la concesión de la ciudadanía romana y la exención de impuestos.

LAS PROFESIONES JURÍDICAS






En Roma existieron dos profesiones jurídicas: la de los juristas, que impulsaron el nacimiento de la jurisprudencia romana (iurisprudentia), y la de los abogados (advocati), que se dedicaban al ejercicio práctico del Derecho.

Los primeros fueron los artífices del brillante desarrollo de las instituciones jurídicas, creaban Derecho y asesoraban a magistrados y particulares. Los abogados eran peritos en Derecho y se encargaban de la representación procesal de sus clientes. Ambas profesiones fueron muy valoradas en Roma en todo momento.

LA EDUCACIÓN




La enseñanza fue una actividad que durante largo tiempo estuvo ceñida al ámbito doméstico: la madre los primeros años y luego el padre se encargaban de la formación de sus hijos. Cuando Roma entró en contacto con el mundo griego, la educación se confió a esclavos y libertos procedentes de esta cultura, de modo que el reconocimiento social que tenían los profesores era escaso como consecuencia de su condición civil.


Más adelante, el interés por la cultura superó antiguos prejuicios, valorándose esta actividad. Como los médicos, los profesores en época imperial recibieron inmunidades y privilegios.

EL TRABAJO DE LOS ARTESANOS



Escasa consideración social tuvo casi siempre el trabajo de los artesanos. Con el término artifex (artesano) se denominaban a los trabajadores que integraban la mayor parte de los oficios tradicionales y conocidos, como pescadores, orfebres, sastres, cocineros, alfareros, etc., pero también a otros que se dedicaban a actividades que hoy denominamos artísticas, como la pintura o la escultura.

Para Séneca, pintores y escultores no ejercían un arte liberal, sino un oficio servil, servidores del lujo ajeno. Sin embargo, es obvio que el artesano se hallaba en posesión de un ars, gozaba de los conocimientos técnicos y la habilidad necesaria para el desarrollo de su profesión y la elaboración de manufacturas y obras de arte. Aun así, eran considerados simples trabajadores manualesmercennarii por el hecho de percibir un salario por sus servicios.

Finalmente, Constantino dictó en el año 337 una ley por la que hasta un total de cuarenta profesiones quedaban eximidas del pago de ciertos impuestos o cargas económicas (pintores, escultores, plateros, carpinteros, etc.), lo que en cierta medida era un reconocimiento a su trabajo.

Es evidente que en la actualidad no existen profesiones indignas, fuera de las delictivas o altamente inmorales. Y la importancia de la clasificación entre profesiones manuales e intelectuales es simplemente relativa. Cualquier trabajo es de por sí inteligente, como decía Alonso Olea, y no es ni simplemente manual ni puramente intelectual, pues el desempeño de cualquier actividad de sesgo laboral precisa la interacción de ambas fuerzas.


Fuente:  https://historia.nationalgeographic.com.es/

domingo, 24 de octubre de 2021

NOSOTROS, LOS ROMANOS

 

Nosotros, los romanos

jueves, 21 de octubre de 2021

LA LEY DE PARETO. PATRONES MATEMÁTICOS

Patrones matemáticos asociados con los reinados del Imperio Romano
















El oscuro patrón matemático que explica las muertes de los emperadores romanos


Las matemáticas, más concretamente la Ley de Pareto, puede ayudarnos a entender por qué las muertes naturales eran tan poco comunes entre los emperadores romanos.
Las matemáticas pueden explicar muchas cosas que vemos en nuestra vida. De hecho, parece que incluso puede ser una ayuda para entender mejor por qué ser emperador romano era un oficio de riesgo. Porque, como sabemos por la Historia, morir traicionado era lo más común entre los gobernantes de Roma. Ahora, los investigadores han descubierto un oscuro patrón, relacionado con la Ley de Pareto, que parece explicar todo esto. Pero veamos qué se ha observado.

"Aunque parezcan aleatorias, las distribuciones de probabilidades en forma de ley de potencia se encuentran en muchos otros fenómenos asociados a sistemas complejos", afirma el científico de datos Francisco Rodrigues, de la Universidad de São Paulo (Brasil). Además, señala que los propios reinados de los césares son uno de esos contextos, según recoge Science Alert.

Pongamos nombre a las cosas. Y es que la distribución de la ley de potencia que parece definir la longevidad de los emperadores romanos se llama Ley de Pareto, según Rodrigues. A esta ley también se la conoce como Principio de Pareto o regla del 80/20. Por norma, suele estar relacionado con los "insumos y resultados económicos; pero en términos de distribución de la probabilidad, puede simplificarse para significar que los sucesos comunes tienen una probabilidad de alrededor del 80%. Mientras que los raros tienen un 20%", indica el medio.

La Ley de Pareto en el Imperio Romano

Si esto lo llevamos a los emperadores romanos, los sucesos comunes responderían a las muertes violentas; mientras que los raros serían los pocos gobernantes que pudieron morir de manera natural, sobre todo en los primeros días del imperio.

En la investigación, publicada en la revista científica Royal Society Open Science, los investigadores explican que desde el primer emperador Augusto (muerto en el 14 d.C.) hasta Teodosio (fallecido en el 395 d.C.); los gobernantes de Roma tan solo tenían una probabilidad entre cuatro (24,8%) de vivir lo suficiente para poder morir de forma natural.

Pero si, además, se tiene en cuenta todo el Imperio Romano, es decir, desde el primer Augusto hasta la caída del Imperio Bizantino en el 1453; la situación no fue mucho mejor. De hecho, al observar las muertes de los 175 emperadores romanos de este periodo de tiempo; cada gobernante tan solo tenía un 30% de probabilidades de vivir hasta una edad avanzada y, por tanto, no ser asesinado.

Los años de mayor riesgo

Además, sabemos que había años, incluso épocas, en los que ser emperador en Roma era mucho más peligroso que hacerlo en otros momentos, según indican los investigadores en su estudio.

"Cuando analizamos el tiempo que transcurría hasta la muerte de cada emperador, descubrimos que el riesgo era alto cuando el emperador subía al trono", afirma Rodrigues. "Esto podría tener algo que ver con las dificultades y exigencias del trabajo y la falta de experiencia política del nuevo emperador".

Y es que todos los trabajos tienen un periodo de prueba, por lo que el emperador no iba a ser menos. Sin embargo, si superaba su periodo de prueba particular sin haber sido asesinado, las posibilidades de supervivencia en el cargo mejoraban rapidísimo. Aunque el riesgo nunca era cero, por supuesto.

Es más, llegado un punto, los enemigos del emperador volvían a ponerse en marcha. Esa fecha tras el periodo de prueba era unos 13 años después de que accediese al cargo. A partir de los 13 años como emperador las posibilidades volvían a dispararse.

"Puede ser que tras el ciclo de 13 años los rivales del emperador concluyeran que era improbable que ascendieran al trono por medios naturales", dice Rodrigues. "Tal vez sus antiguos enemigos se reagruparon, o pueden haber surgido nuevos rivales".

Terremotos

Por último, los investigadores señalan que, desde un punto de vista matemático, los tiempos de vida de los emperadores romanos se parecían en cierto modo a los terremotos. En el estudio señalan que la probabilidad de que los emperadores tuvieran vidas cortas es similar a la probabilidad de que se produzcan terremotos pequeños (eventos más comunes que los grandes).

Por suerte para todos, el Imperio Romano se terminó. Pero no nos olvidemos de que las matemáticas pueden seguir escondiéndose en otros lugares de nuestra vida y de la Historia.

Fuente:  https://hipertextual.com/



sábado, 16 de octubre de 2021

CAEMENTUM ROMANO

 

Mientras los hormigones modernos se agrietan a las pocas décadas, el Panteón de Agripa lleva 2.000 años en pie: mitos y realidades del hormigón romano





Cada año, justo después de la misa de Pentecostés y mientras el coro entona el Veni Creator Spiritus, un puñado de monagillos suben los quince pisos que hay hasta la linterna de la cúpula y lanzan miles de pétalos de rosas rojas. Y mientras esos suspiros colorados hacen almocárabes en el aire y el Sol se cuela trinchando con sus rayos la bóveda, entiendes perfectamente la descripción del Panteón que dio una vez Pedro Torrijos: 2.000 años de hormigón sostenidos por una columna de luz.

Es solo una muestra, quizás la más intensa y radical, de lo que el Imperio Romano fue capaz de alzar hace dos milenios. Pero no es la única. Basta con viajar un poco más al oriente, hasta el norte de la región de Samaria en lo que hoy es Israel para encontrarse con Cesárea Marítima y, sobre todo, con los restos del puerto de Sebastos: el que, con sus 100.000 m2, fue durante siglos el mayor puerto artificial construido en mar abierto.


Allí, pero también en las decenas de puertos, monumentos y obras civiles que aún persisten en torno al Mediterráneo, es imposible preguntarse qué hemos hecho mal. Sobre todo, porque estamos hartos de ver estructuras de hormigón agrietadas, comprometidas o completamente desmoronadas a las pocas décadas de ser construidos, ¿cómo es posible que Roma fuera capaz de levantar esos prodigios de hormigón? Es más, ¿cómo es que han llegado hasta nosotros?


Puerto de Sebastos (Cesárea marítima)


Aún hoy, los números del puerto de Sebastos resultan impresionantes. Para construir los dos espolones que conforman el puerto, Herodes (sí, ese Herodes) necesitó emplear 44 barcos y reunir 12.000 m3 de kukar (arena marina litificada) para usarlo como relleno, 12.000 de cal y 24.000 de puzolanas, un tipo de ceniza volcánica. Y todo ello casi a ciegas: no existían precedentes de empleo de hormigón bajo el agua a esa escala técnica, económica y logística.


Roma era mucha Roma. Y, por eso mismo, es lógico que estas estructuras cimentaran el mito del cemento romano. Sobre todo, porque con la caída del Imperio el hormigón desapareció de la construcción civil y se extendió la idea de que la receta secreta había caído con la ciudad eterna. El mito no hizo sino crecer. Sin embargo, en la misma lista de la compra del rey Herodes está buena parte de la explicación.

Hace unos meses hablábamos con Manuel F. Herrador, profesor de Hormigón Estructural de la Escuela de Caminos de la Universidade da Coruña y nos explicaba que, pese a la extendido idea de que los hormigones romanos son un gran misterio, lo cierto es que conocemos perfectamente cómo funcionaban. 'Puzolana' viene de la ciudad de Pozzuoli, cerca de Nápoles. Allí se extrae una ceniza volcánica similar a la piedra pómez y con un color que oscila entre el marrón amarillento y gris. Un material de altísima calidad que permite fabricar hormigón.

Esa es la clave de bóveda del hormigón romano. Vitruvio, en el año 25 a. C. ya dejó explicado todo el proceso en su tratado 'De architectura' y no es, precisamente, un conocimiento que se perdiera del todo. Lo que ocurre es que durante el Imperio se podían mover 24.000 m3 de ceniza para construir un puerto; pero en los años posteriores eso se volvió mucho más complicado. Los arquitectos e ingenieros sabían cómo hacer hormigón: sencillamente no tenían con qué hacerlo.

No es que solo haya cenizas volcánicas (o materiales que permitan la construcción de hormigones) a los pies del Vesubio. El mismo Vitruvio recomienda una arena color marrón rojizo de la propia Roma. El problema es que la búsqueda, extracción y procesamiento de estos materiales requiere una estructura organizativa y técnica considerable. Y, por supuesto, un mercado en el que venderlas (y alguien con los recursos necesarios para plantearse edificios y obras de ingeniería de ese calibre). Todo eso es lo que cayó con el Imperio Romano.

Ingenio y suerte




La falta de materias primas y organizaciones políticas con suficientes recursos como para embarcarse en obras civiles de ese tamaño pueden explicar por qué se dejaron de hacer grandes estructuras de hormigón. Pero no por qué es tan bueno si lo comparamos con los hormigones modernos. ¿Por qué esas estructuras han aguantado tanto y las nuestras se desmoronan a los pocos años?


La respuesta a esto está en el "sesgo del superviviente". La idea de la calidad del hormigón romano viene de nuestro contacto con las mejores estructuras que hicieron, las que mejor se han conservado. Por ser claros: buena parte de todo lo que construyeron los romanos ha desaparecido durante los últimos 2.000 años. El Panteón ha sido uno de los pocos edificios clásicos que ha perdurado hasta nuestros días en perfectas condiciones porque el emperador bizantino Focas se lo donó al papa Bonifacio IV en el año 608 y este lo transformó en la iglesia de Santa María de los Mártires.

Evidentemente, el edificio es un maravilla. El gran terremoto de 1349 que dañó severamente la estructura del Coliseo, podía haber destrozado también el Panteón y no lo hizo. Pero, precisamente, no parece que tenga sentido hablar del hormigón romano en sentido genérico; sino del hormigón romano que sobrevivió.

En los últimos años, muchos grupos de investigación han examinado distintos hormigones repartidos por todo el mediterráneo y han descubierto que su supervivencia se debe, en parte, a la suerte. Hace unos años, los investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de EEUU analizaron varias muestras de hormigón del golfo de Nápoles. Así descubrieron que la mezcla que se usó en esas estructuras en contacto con el agua marina generó "tobermorita aluminosa", un mineral que fortaleció la piedra.

De la misma manera, hace unos días, un análisis del Mausoleo de Cecilia Metela, en la vía Apia, mostraba que se usó leucita rica en potasio. Eso también reforzó la estructura. Lo interesante de todo esto es que es algo que no podían saber los constructores: por eso hablo de suerte. Suerte para los edificios y suerte también para nosotros porque todas esos edificios han sido laboratorios vivos que hoy nos van a enseñar a construir mejor y de forma más sostenible.


Fuente:  https://www.xataka.com/



desvelado el secreto

 de la gran resistencia del hormigón romano

Un equipo de investigadores ha analizado la estructura del hormigón usado en el mausoleo de Cecilia Metela, en Roma y los resultados han permitido descubrir el secreto de la gran resistencia de este material al paso de los siglos.





Mausoleo de Cecilia metela



El hormigón romano es famoso por su resistencia, capaz de mantener monumentos en pie tras más de 2.000 años. Ahora, un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha analizado la composición química de una muestra extraída del mausoleo de Cecilia Metela, en la Vía Apia (Roma): los resultados, publicados en el Journal of the American Ceramic Society, revelan el secreto de esta resistencia excepcional; secreto que, de hecho, se debe en parte a la fortuna.

El descubrimiento ha sido posible gracias al uso de dos tecnologías: en primer lugar un microscopio electrónico de barrido, que muestra la microestructura de los bloques a escala de micras (la milésima parte de un milímetro); y en segundo lugar la espectrometría de rayos X, que permite identificar y cuantificar los elementos que componen una muestra. Y ha sido este último análisis el que puede revelar el “ingrediente mágico” -científico, en realidad- del excelente hormigón romano. Los autores destacan la importancia que tiene el descubrimiento en cuanto a aplicación práctica, puesto que los hormigones modernos tienen mucho que envidiar al que usaban los romanos.


EL SECRETO DEL HORMIGÓN MILAGROSO


El hormigón que usaban los antiguos romanos incluía una mezcla de cal y rocas volcánicas que daba como resultado una masa muy compacta. Esto ya se sabía, pero el nuevo estudio ha aportado un dato nuevo y de vital importancia: los materiales volcánicos usados en la construcción del mausoleo de Cecilia Metela son abundantes en leucita, un mineral rico en potasio que se descompone fácilmente por la acción de la lluvia y de las infiltraciones de agua subterránea a través de las paredes. Según los autores, a consecuencia de esto la leucita habría liberado el potasio en el conjunto de la mezcla, provocando cambios en su composición química que la habrían hecho más resistente.

Este último factor es un golpe de fortuna que los romanos no habrían podido prever. El hormigón presente en otras estructuras, como el Mercado de Trajano en el centro de Roma, también contiene materiales volcánicos pero de distinta composición química, que no tienen el mismo efecto que en el mausoleo de Cecilia Metela. Este monumento funerario es uno de los edificios romanos mejor conservados en la antigua Via Apia, pero no se sabe apenas nada de la mujer a la que está dedicado aparte de que era la mujer de un tal Craso: por la fecha de construcción podría tratarse de uno de los hijos de Marco Licino Craso, que compartió triunvirato con Julio César y Pompeyo el Grande.


Fuente:   https://historia.nationalgeographic.com.es/ 






martes, 12 de octubre de 2021

LA CIUDAD DEL AGUA

 

Vicus Caprarius, el sitio arqueológico oculto bajo el área de la Fontana di Trevi


A poca distancia de la Fontana di Trevi, el sitio arqueológico Vicus Caprarius pone en valor la trama urbana de la Roma antigua. ¡Y puede visitarse!




Apenas se divisa el aeropuerto de Roma por la ventanilla del avión, afloran las ansías de perderse en una ciudad que ofrece vestigios extraordinarios de la historia de la humanidad. Pero a veces, entre maravillas como el Coliseo, el Panteón de Agripa, el castillo de Sant' Angelo o el monumento del Ara Pacis de Augusto, otros sitios quedan relegados a un segundo plano, como es el caso de Vicus Caprarius, el sitio arqueológico oculto en el área de la Fontana di Trevi.

El camino subterráneo que se extiende por debajo del Rione de Trevi encierra múltiples secretos de las estructuras de una domus de la época imperial, el Acueducto Virgo que proveía a la antigua ciudad de Roma y hallazgos como el célebre busto de Alessandro Helios. 

“Las estructuras se descubrieron durante la renovación del antiguo cine Trevi, uno de los primeros cines de la ciudad, cerrado y abandonado en la década de 1980.

Nada más comenzar las obras, se encontraron partes de los antiguos muros, lo que convenció al propietario, el Grupo Cremonini, de cambiar el proyecto, y financiar íntegramente la excavación”, cuenta Lorenzo Dell'Aquila, director del área arqueológica de Vicus Caprarius, en una entrevista vía email con Condé Nast Traveler.


Comúnmente conocida como “La Ciudad del Agua” (por ser el elemento omnipresente del sitio), la estratificación arqueológica que yace a más de nueve metros de profundidad respecto al nivel de la calle actual, y a poca distancia de la Fontana di Trevi, fue descubierta entre 1999 y 2001 durante las obras para la renovación del Cine Trevi, primando la recuperación completa y la revalorización del yacimiento arqueológico, en lugar del complejo de entretenimiento. 

Las excavaciones realizadas por la Superintendencia Arqueológica de Roma –bajo la dirección científica de Claudio Moccheggiani Carpano– y financiadas por el Grupo Cremonini, son lideradas, tanto en lo que se refiere a gestión como puesta en valor desde aquel momento hasta el día de hoy, por Lorenzo Dell'Aquila, quien vela por un complejo de edificios de la época imperial que denota con vigor la trama urbana de la Roma antigua




“Es uno de los mejores ejemplos donde se puede ver con los propios ojos la estratificación milenaria de Roma. En esta única manzana, los edificios públicos (el depósito de distribución del Acueducto Virgo) y los privados (una casa) se han desarrollado juntos de forma continuada desde el siglo I hasta la actualidad”, añade.

Entre la Via San Vincenzo y Viccolo del Puttarello, una superficie de unos 350 metros cuadrados aguarda a ser descubierta. “Para los visitantes creo que es una experiencia inolvidable, ver el agua que aún fluye en la parte antigua del Acueducto Virgo, y darse cuenta de que este sistema ha estado funcionando continuamente desde el siglo I a.C. hasta ahora, puesto que se utiliza para alimentar las fuentes más importantes de la ciudad, como la Fontana di Trevi”.





Aun así, no solo las estructuras del Acueducto Virgo y de los ambientes residenciales convierten la experiencia en una de los imprescindibles de Roma, también existen tres secciones del lugar que enseñan artefactos encontrados durante las excavaciones, como por ejemplo los revestimientos de mármoles policromos, las refinadas decoraciones (entre las cuales se encuentra el busto de Alessandro Helios), y los objetos spatheia, una ánfora africana para el transporte del aceite.

Vicus Caprarius“La Ciudad del Agua”, puede visitarte de martes a domingo de 11:00 a 17:00 horas. El precio de la entrada es de 8 euros en el caso de las visitas individuales y también pueden concretarse tours para grupos. Puedes reservar las entradas aquí



Fuente:  https://www.traveler.es/



viernes, 8 de octubre de 2021

EL MOSAICO DE LAS TERMAS DE VALERIA

 

Las excavaciones del mosaico confirman la monumentalidad de las termas de Valeria








La finalización de las excavaciones del mosaico pavimental de las Termas Valeria confirma que se trata de un edificio monumental único en el panorama arqueológico de la Hispania Romana, tanto por sus dimensiones como por la riqueza de sus materiales y motivos ornamentales, que además presentan un grado de conservación que “como único paralelo tendría las ciudades de Pompeya y Herculano”. Una circunstancia que ha permitido avanzar en el estudio científico y verificar las hipótesis que se barajaba en la recreación virtual que se ha desarrollado en la investigación para recomponer la distribución de estancias, usos y ornamentación de este establecimiento termal del Alto Imperio que comienza la cuenta atrás para su musealización.

Así lo ponen de manifiesto los directores de las excavaciones que, con el apoyo de la Junta de Comunidades y la Diputación de Cuenca, promueve la EATIM de Valeria. La campaña de este año, que se prolongara hasta diciembre, tiene como objetivo seguir avanzando en las excavaciones de la Palestra e iniciar la descarga de la zona caliente descubierta en la pasada campaña. Si bien, según destaca el arqueólogo y director científico de las excavaciones de las termas, Santiago David Domínguez Solera, los esfuerzos se han centrado en finalizar las excavaciones del mosaico de mármol policromado hallado en la estancia del Apodyterium, o vestuario de las termas, para poder iniciar los trabajos de protección de las estructuras originales con la instalación de una carpa que, además, permitirá que se pueda visitar el yacimiento mientras se sigue avanzando en la descarga de este edificio de cronología imperial  que se presupone como el más grande de la provincia. “Sabemos que las termas son muy extensas. Hemos excavado varias estancias, sobre todo la palestra, pero aun no conocemos la planta que tiene”, señala Domínguez.

 

APERTURA, ENTRE NOVIEMBRE Y DICIEMBRE

La previsión, según confirma el alcalde de la EATIM, Juan Pedro Martínez, es que los trabajos para la cubrición del mosaico –que financia la Diputación Provincial con una inversión de 170.000 euros– comiencen este mes de septiembre,  de tal forma que entre noviembre y diciembre se puedan abrir al público mientras se sigue trabajando en la recuperación y restitución del mosaico y las piezas marmóreas a su estructura original. Una actuación que a su juicio aportará un plus al gran atractivo turístico que tiene la ciudad romana de Valeria, al tiempo que  ayudará a conocer mejor el funcionamiento y el papel social de estas instalaciones que “del siglo I al IV d.C. estuvieron en uso como termas”, según se ha podido datar en el proyecto que se lleva a cabo desde que en 2017 se descubriera el mosaico pavimental. 




El proyecto de investigación que se desarrolla en esta nueva campaña de excavación que junto a Santiago David Domínguez dirige el arqueólogo conquense y experto en mármoles, Javier Atienza, y la experta en mosaicos, Greta Bruno, deja importantes resultados que ayudarán a recomponer la estructura del edificio.

 

MOSAICOS

En lo que respecta al mosaico de mármol policromado con motivos geométricos y figurativos  que ocupa una superficie de 50 metros cuadrados del pavimento del Apodyterium, Greta Bruno destaca que se han encontrado cinco tonalidades diferentes y 11 motivos decorativos con marco de espirales vegetales acantiformes. Por sus caraterísticas y los motivos que lo componen esta experta destaca que se puede datar al final del siglo I d.C. “aunque estamos a la espera de que la muestra de Carbono 14 que hemos enviado  pueda decirnos exactamente su fecha”.

Lo que sí se puede asegurar ya es que se trata de una decoración pavimental “única” en el panorama arqueológico de Valeria, al menos. dice que hasta el momento no se ha encontrado un mosaico de estas características y fechado en el periodo Alto Imperial. Pero, además, Greta Brumo afirma que, en general, “hay poquísimos ejemplos con una datación tan alta.

La campaña de excavaciones de este año han permitido además aportar nuevos datos  sobre el revestimiento de mosaico parietal hallado en 2019 tras el derrumbe  de uno de los estratos de los ambientes fríos de las termas.  Por su fragilidad en la conservación son muy difíciles de encontrar, sin embargo, en las termas de Valeria la conservación es tan buena como la del mosaico pavimental, lo que ha permitido realizar un exhaustivo estudio que  aporta nuevas claves para conocer este tipo de ornamentación que, en este caso se realizó con teselas de piedra caliza, mármol y pasta de vidrio.

Greta Bruno señala que por sus características técnicas y por el estado fragmentario que presenta es difícil poder reconocer todos los motivos decorativos que podía haber en este mosaico que se ha encontrado en todas las estancias interiores del edificio.

Si bien, se han podido identificar algunas figuras, como por ejemplo un yelmo con cresta que interpretan como un casco Ático-Tracio,  lo que les lleva a pensar que las armas podrían formar parte de la decoración, pero también apunta que junto a este yelmo se han encontrado fragmentos en los que se pueden ver motivos vegetales.

 Con todo, la riqueza ornamental que representa este mosaico parietal se refleja en el multicromatismo y motivos que se han identificado. En total “hemos encontrado 22 cromatismos y catalogado 21 motivos decorativos diferentes”.

 Según apunta, se trata de un hallazgo muy interesante por cuanto, reitera, que hay pocos ejemplos en toda la península ibérica. “Aunque se han encontrado fragmentos que algunos arqueólogos relatan que pueden ser decoraciones parietales , hasta que no se tocan o se estudian no se puede decir que lo sean”.






Además, señala que junto a estas teselas se han encontrado conchas marina de la especie Cardium edule, que es una de las características de la decoración parietal. Y así, por ejemplo, dice que  “se puede ver en las  fuentes que se conservan en Ponpeya y  Herculano”.

Toda esta información junto con la aportada por las miles de piezas marmóreas que se han encontrado en las Termas romanas  corroboran la enorme riqueza de este edificio y permiten una reconstrucción muy fiel a lo que fueron en su día, además de aportar importantes claves a la  investigación científica.

 Por ejemplo, Javier Atienza destaca que el  hallazgo de la gran cantidad  y variedad de mármoles que han aparecido en las excavaciones habla también de las redes comerciales que operaban en ciudades del interior en tiempos muy primerizos. “En el siglo I ya había unas redes comerciales que eran capaces de transportar mármol desde Asia Menor al centro peninsular y a una ciudad de escasa relevancia, como es Valeria en el ámbito del Imperio, pero llevar los mismos tipos que llegaban a Roma, y eso nos habla de que las redes comerciales no eran tan básicas y arcaicas como se pensaba sino que estaban muy desarrolladas. El comercio de materiales era una constante y eso tenía que ver también con las vías de comunicación, con las calzadas, con las comunicaciones marítimas. Al tirar del hilo te das cuenta de que el panorama que se dibuja es muy diferente al que se podía tener. Estaba todo muy bien organizado en esas épocas iniciales”.

Según cuenta, la nueva campaña de excavaciones que se desarrolla a través de un taller de empleo ha dejado al descubierto  2.000 piezas marmóreas de estudio más. “Estamos ya en unos 9.000 fragmentos”. Además han aparecido nuevas tipologías que suman ya 22 variedades diferentes de mármol que abarcan todo el Arco Mediterráneo, incluido Asia Menor y el Norte de África, mármoles itálicos, lusitanos, y también locales… En definitiva, una amplia representación que también nos habla de la riqueza que tenían las Termas y que demuestra, por un lado,  que se trata de una promoción pública enmarcada en la fase de monumentalización urbana de la ciudad romana de Valeria y  por otro que “tiene un patrocinio directo o muy cercano a la casa imperial para utilizar el mármol de sus canteras. Un privilegio que junto a personajes muy influyentes solo lo tenían las entidades públicas”.

 Todo este discurso, además de su valor en la divulgación científica, se traduce en una enorme riqueza patrimonial al poder ofrecerlo como “experiencia única” a la ciudadanía  que es lo que ocurrirá una vez que  concluya la musealización  y el yacimiento pueda ser visitable. “Un elemento más para seguir trabajando por el desarrollo del municipio, donde la cultura y el turismo es nuestra única alternativa”, añade el alcalde valeriense. 




Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...