In memoriam Pedro Morales Cuenca.


En la localidad conquense de Torrejoncillo del Rey, fue descubierta en el año 1955, por D. Pedro Morales, una cavidad revelada en sueños, como un lugar donde encontraría un singular tesoro escondido en un palacio de cristal.

Tres meses de intensos trabajos dieron como resultado el hallazgo de una cavidad subterránea que resultó ser una mina romana de lapis specularis, de la que no quedaba ni el recuerdo.

En la actualidad, gracias a la intervención de la asociación arqueológica: Cien mil pasos alrededor de Segóbriga y la diputación provincial de Cuenca, se ha convertido en lugar de obligada visita tanto por su interés histórico como cultural.

Si deseas saber más sobre esta historia, accede mediante este link

https://moraencantada.blogspot.com/2011/04/historia-de-un-sueno.html


domingo, 27 de febrero de 2022

EL CESAR DE LOS MURALES


El mejor mural de arte urbano del mundo está en España











En La Ventana hablamos con el artista Diego AS, el mejor muralista del mundo en 2021, para conocer cómo ha sido crear este mural y recibir tal reconocimiento


Madrid

El mejor mural de arte urbano del mundo está en Lugo, en Galicia. Así lo ha establecido la plataforma Street Art Cities, que acaba de premiar al lucense Diego AS por su trabajo en uno de los edificios de la ciudad, una fachada de unos 20 metros en la que aparece Julio César mirando, además, a la muralla romana que se conserva en ala ciudad y que está justo a su lado. En La Ventana hemos hablado con el artista para conocer cómo ha sido el proceso.



Un emperador para una muralla romana

La idea de colocar a Julio César ahí, explica Diego en La Ventana, surgió por el propio emplazamiento de la obra: "La idea era que mirara la muralla y la gente que pasea encima de ella pudiera desde una distancia verle el rostro".

"Quería meter algo relacionado con el mundo romano", añade, "una vez que me puse a investigar me gustó mucho su estatua, que está en el Louvre en Francia, por su estética, por su postura".

Es la segunda vez que la plataforma le reconoce, ya en agosto fue uno de los elegidos como mejor mural del mes. Esta vez, sin embargo, el reconocimiento es mayor, el mejor mural del año de entre cien seleccionados por expertos. La votación final se abrió a todos los ciudadanos, y la cuidad de Lugo se volcó con el muralista.



El arte urbano, más que firmas en una pared

Diego comenzó con el grafiti a los 15 años, al sentirse atraído por la cultura urbana: "Pintaba por la calle, ya con 18 o 19 años me fui quitando de la calle y conseguía muros legales, probaba nuevas técnicas e iba mejorando".

Existe un prejuicio contra el arte urbano, reconoce, porque "el grafiti, la palabra grafiti, es ilegal, es esa firma que ves en una verja destrozando cosas", y difiere de lo que él hace, del muralismo, que implica "tener tiempo pensando, con un proyecto por detrás, son conceptos distintos pero conviven en la calle".

También ha hecho otros proyectos en ciudades extranjeras, como Oporto, y españolas, entre ellas Málaga, Madrid o Granada. También participó en una campaña publicitaria de Estrella Galicia para la serie de Netflix 'La Casa de Papel', para la que pintó en la fachada de una bodega un mural señalando dónde encontraba el oro que se buscaba en la serie.


Fuente:  https://cadenaser.com/




Así es Julio César, el mejor grafiti del mundo de 2021 que se puede ver en Lugo


Un enorme Julio César de 20 metros de alto pintado en distintas tonalidades de gris sobre una fachada frente a la muralla de Lugo, obra de Diego As, ha sido elegido como el mejor mural urbano de 2021 por el portal Street Art Cities, una plataforma nacida hace cinco años en los Países Bajos que tiene por ambición documentar todo el arte callejero del mundo. El mural dedicado al emperador romano luce en la parte lateral de un edificio en la Ronda da Muralla que acoge distintas oficinas administrativas del Gobierno español, como la sede en la ciudad gallega de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.




"Quiero dar las gracias a la ciudad de Lugo, a todos los que me votaron para poder llevar este mural a ser el mejor del mundo entre los cien que participaban”, ha dicho a la agencia de noticias Europa Press Diego Anido Seijas, el ganador, cuyo nombre artístico es Diego As y que con este trabajo, realizado el pasado mes de junio, ha hecho todo un guiño al origen de la localidad gallega. El mural es parte del proyecto Urban Cores, el festival de arte urbano de Lugo que progresivamente embellecerá edificios y espacios públicos de la ciudad con la técnica del grafiti.



En la clasificación de los mejores grafitis del pasado año ha quedado en segundo lugar el trabajo de Martín Ron en la ciudad argentina de Córdoba. De hecho, cuatro de los murales de este artista argentino han acabado entre los 25 mejores de 2021. Este en concreto se encuentra en la avenida Juan Martín de Pueyrredón. “El personaje se llama Olivia y juega con un globo en forma de estrella, señalando también el cielo como una invitación para que lo observemos. En el concepto, hay un claro homenaje al barrio”, ha explicado Martín Ron sobre este trabajo.





En total, se han emitido 60.000 votos y repasado más de 100 artículos en medios de comunicación para crear esta lista. Este ‘ranking’ no es “sobre ser el mejor, sino sobre compartir el arte urbano y enseñar al público general este influyente arte contemporáneo”, recalca Street Art Cities.

Al artista Tymon de Laat le invitaron en febrero de 2021 a la isla de Bonaire, en el extremo sur del mar Caribe, para que compartiera sus conocimientos y experiencia con los jóvenes. Un viaje del que por supuesto dejó su huella en el lugar con esta colorida obra titulada ‘Leilana’, que se encuentra en una de las paredes exteriores del bar de cócteles Tiki & Co.

Este mural urbano ocupa el tercer puesto de la clasificación de Street Art Cities, una comunidad que está activa en unas 800 ciudades de 90 países, y que ya cuenta con unos 33.000 murales urbanos clasificados en todo el mundo, lo que la ha convertido en una de las bases de datos más grandes del ‘street art’.




El cuarto mejor grafiti de 2021 también se encuentra en una ciudad española. En la localidad valenciana de Dénia, en la pared exterior del parque de Torrecremada, espera esta obra de Tardor Roselló. Fue pintado durante la celebración del Día de la Infancia y la Adolescencia. “Espero que con estas iniciativas se dé a conocer más la cultura del arte urbano de Dénia y la Marina Alta, la meua terrera”, ha escrito el artista alicantino en su perfil de Facebook tras el reconocimiento.




España también fue la inspiración para Dale Grimshaw. En su viaje el pasado mes de noviembre a Alcantarilla (Región de Murcia), el artista británico dedicó unas buenas horas a realizar esta obra, con la que busca reflejar cómo las comunidades tribales africanas están amenazadas por la globalización. “Romanticismo y ultrarrealismo van de la mano en un rostro con una profunda mirada, que contrasta con un fondo con simbolismos occidentales”, señala la plataforma. Este mural es parte del Murcia Street Art Project, que pretende seducir en el futuro a más artistas para que dejen su trabajo en la región.




El sexto mural mejor puntuado también se encuentra en España: en Miranda (Burgos), en la intersección entre la avenida de Repúlica Argentina y la calle Altamira. Tinte Rosa dedica este trabajo, titulado ‘Artista Vocacional’, “a todas aquellas personas que desde niños, llenos de alegría y esperanza, se mancharon las manos de pintura. Me siento representado en ellos porque yo también era así”, ha contado el artista Esteban Espinosa, creador de la marca Tinte Rosa, a la web de Street Art Cities.




Galicia aparece por segunda vez en el ‘top 10’ de los mejores grafitis de 2021. En la localidad de Triacastela, en la provincia de Lugo, está este trabajo de Mon Devane. El artista orensano ha retratado al lutier Xernán Arias, que arregla instrumentos en su taller de la localidad de Sarria. Esta obra, además, es una de las siete que el artista ha creado en las últimas siete etapas del Camino de Santiago por la Vía Francesa, dentro del 'Estrella Galicia. Las estrellas del Camino'.




Estos murales aspiran también a convertirse en un nuevo foco de atracción turística. Para los amantes del arte urbano, en la web de Street Art Cities se pueden encontrar mapas de 845 ciudades que localizan los grafitis, explican dónde encontrarlos y ofrecen también información sobre el artista.

El creador Bane es el autor de este mural en la localidad suiza de Maroggia, con el que pretende que el observador reflexione sobre la digitalización y sobre cómo de desconectados de la realidad estamos mientras miramos las pantallas.





La localidad belga de Dendermonde cuenta desde el año pasado con esta obra de Smok, cuyo trabajo se caracteriza por retratar animales. Según ha contado el artista a la plataforma de arte urbano, espera sacar una sonrisa a la gente que contemple este colorido mural, y que sirva como un guardián en una intersección que es muy concurrida.



Cierra el ‘top 10’ de los mejores grafitis de 2021 esta obra de Lula Goce. Se encuentra junto al centro de salud Norte en el barrio de Santa Catalina de Aranda del Duero, en la provincia de Burgos. El mural de la artista gallega ocupa 500 metros cuadrados, y es un homenaje a todas las mujeres, hombres y familias que sufren el cáncer de mama en primera persona. El objetivo de la muralista era hacer visible la enfermedad y también incidir en su prevención.





Otros dos de los 25 murales que llegaron a la votación final (elegidos entre un centenar de trabajos, 18 de ellos de artistas españoles) se pueden ver en España. En el puesto 13º está este mural de Víctor García ‘Repo’ y Cristian Blanxer en la localidad de Los Marines, en la provincia de Huelva. Un trabajo con el que han querido poner en valor la tradición vitivinícola del pueblo onubense.





J.M. Brea dejó esta ardilla gigante en la localidad madrileña de Fuenlabrada (elegido el 15º mejor mural de 2021). Se titula ‘Ahorra energía’, y es una metáfora sobre el cambio climático y la pérdida del hábitat de los animales salvajes pintada en las confluencias de las calles San Andrés y Leganés, formando parte desde el pasado mes de diciembre del Museo de Arte Urbano de Fuenlabrada (MAUF).




La mayor comunidad de arte urbano del mundo, además de ofrecer mapas en su página, cuenta también con una aplicación gratuita (disponible en iOS y Google Play) en la que realizan una selección de ciudades para recorrer en busca de arte urbano. Por ahora integran la lista urbes como Berlín, París, Los Ángeles, Nueva York, Montreal, Medellín o Madrid, y tienen la intención de ampliar su particular mapamundi en la 'app'.

En la imagen, el mural de Martín Ron en Bernal, localidad en la provincia de Buenos Aires (Argentina). Puedes consultar el ‘top 25’ completo en la web de Street Art Cities.




sábado, 19 de febrero de 2022

EL TROZO QUE FALTA

¿Qué ocurrió con la mitad perdida del Coliseo? Las ruinas que sobreviven a casi todo


Más de seis millones de turistas lo visitan cada año, lo fotografían, lo recorren y lo admiran. En sus muros la vida se ha retenido guardando todo lo acontecido desde que se alzaron hasta el presente, mientras las ruinas aguanten




El Coliseo de Roma es uno de los edificios romanos más importantes y uno de los legados históricos que han sobrevivido al paso del tiempo hasta entablar un diálogo histórico de siglos con la sociedad actual. Casi 2.000 años después de su construcción, su presencia, su magnitud y sus formas siguen dejándonos con la boca abierta.

 

Más de seis millones de turistas lo visitan cada año, lo fotografían, lo recorren y lo admiran. En sus muros la vida se ha retenido guardando todo lo acontecido desde que se alzaron hasta el presente, mientras las ruinas aguanten


Cualquiera que lo haya visitado habrá visto que la altura varía a lo largo del edificio. Siempre la misma pregunta: ¿Por qué faltan las paredes más altas de la parte sur del anfiteatro? Pues bien, la culpa de ello la tienen Nerón y una serie de terremotos sucedidos en el año 1349.

Abandonado en la Edad Media

No, a los romanos no se les olvidó poner algunas piedras más ni tampoco es que se quedaran con escasez de material. El Coliseo se inauguró completo, con un trazado igualado hacia arriba y hacia todas partes. Con un aforo de 50.000 personas, para sus 189 x 156 x 57 metros de construcción se tuvo que ocupar toda una cantera para hacerlo posible. Su espacio estuvo en uso desde el año 80 hasta el año 523. Después, fue abandonado y utilizado de múltiples maneras que poco o nada beneficiaban su mantenimiento y su cuidado.




Precisamente en el mismo terreno, el emperador Nerón mandó a construir su Domus Aurea, un inmenso palacio rodeado de un lago artificial. Ríete tú de cualquier disparate del urbanismo moderno. Tras su asesinato y la consiguiente caída de su imperio, los romanos decidieron construir allí mismo, en aquel terreno que nunca debió ser propiedad privada, un grandioso anfiteatro.

 

Llenaron la laguna de tierra devolviendo el nivel al suelo. Con este ya recto, en el año 72 d.C. comenzaron las obras del que por entonces se denominó el Anfiteatro Flavio. Decidieron dejar el Coloso de Nerón en el exterior de la nueva edificación, de aquí el nombre de Coliseo.

Una serie de terremotos

En plena Edad Media aquel lugar ya no importaba demasiado, la vida y el ocio habían tomado otros rumbos, así que los muros del Coliseo comenzaron a agrietarse. Para colmo, en el año 1349, se produjeron una serie de terremotos con epicentro en los montes Apeninos que, llegando a niveles de grado VIII y IX de la escala de Mercalli, afectaron duramente a toda la ciudad de Roma, un hecho recogido por el testimonio de Petrarca un año después.






Tras los fuertes terremotos, el gran anfiteatro venido a menos entró en un período de decadencia aún mayor: comenzó a ser utilizado como vertedero y como cantera. De aquel lugar se extrajeron materiales para construir otros edificios de la época. "Se convierte en un sitio marginal de la ciudad, un espacio para la basura. Tiene una vida marginal, ligada a una visión más bien tenebrosa", apunta el curador de la muestra.

Algunas pinturas de la época ya lo demostraron, como por ejemplo el cuadro que Giovanni Paolo Panini realizó en 1747. Para entonces, puede observarse, la parte más alta de la fachada ya se había derruido parcialmente. No obstante, esto también demuestra la conciencia de la conservación del patrimonio es cada vez más activa.







martes, 15 de febrero de 2022

VRBS. PASEO POR ROMA

 

Viaje por los vestigios del asesinato de Julio César y de la Roma de mayor esplendor

Jean-Claude Golvin, arqueólogo, arquitecto e ilustrador francés, propone un fascinante y artístico paseo arqueológico para descubrir la Urbs del Alto Imperio en su nueva obra




El asesinato que estremeció a la República romana, el de Julio César en el año 44 a.C., ocurrió en la Curia de Pompeyo, edificio que utilizaban los senadores para sus reuniones y cuyos vestigios se conservan en el área arqueológica de Largo Argentina, a pocos metros del gran monumento conmemorativo de Víctor Manuel II y de próxima apertura al público. El cadáver del dictador fue transportado por el Foro hasta las inmediaciones de la Regia, su residencia oficial, donde terminó incinerado. En el lugar se levantó un columna de mármol en honor al "padre de la patria", que sería sustituida en época de Augusto por un templo consagrado al Divus Iulius y decorado con los espolones capturados a las naves de Cleopatra y Marco Antonio en la batalla naval de Accio. Todavía hoy, en el supuesto sitio donde estuvo la pira funeraria, se siguen arrojando flores que lloran al implacable militar.

La espectacular imagen que ilustra este artículo es una recreación del momento exacto de la cremación y exequias de César, con la basílica Julia todavía en construcción. Su autor es Jean-Claude Golvin, arqueólogo y arquitecto especializado en revivir visualmente la Antigüedad clásica, y se incluye en su última obra, Vrbs. Paseo arqueológico por la Antigua Roma (Desperta Ferro), una fascinante inmersión con acuarelas en la configuración urbanística de la capital romana en tiempos del Alto Imperio.

En realidad, el libro ilustrado se articula en una suerte de guía de ruinas en base a la cual organizar la próxima escapada a Roma, desde la casa de las vestales, las sacerdotisas que debían permanecer castas durante toda su vida porque representaban la pureza ritual del pueblo más religioso de la historia, hasta el Aula Regia de la Domus Flavia, una ostentosa sala de audiencias en la que se escenificaban las salutationes al emperador.




Templos, palacios, santuarios o teatros cobran especial interés al convertirse en sujeto de creación artística y al contraponerse y dialogar con fotografías actuales. La Antigua Roma renace en estas ilustraciones excelentes. Y frente a la monumentalidad inesquivable de espacios como el Coliseo o el Circo Máximo, con capacidad para 200.000 personas, el lector menos romanizado descubrirá curiosos sitios a los que asomarse, véase el monte Testaccio, una colina de 20.000 metros cuadrados que se usó como vertedero de miles de fragmentos de ánforas entre el reinado de Augusto y mediados del siglo III d.C.

Las obras de Golvin, autor de otros maravillosos libros como Ingeniería del Ejército romano (también en Desperta Ferro), permiten además, gracias a su conocimiento de los textos antiguos y de la posterior distribución urbana de la ciudad, hacerse una idea de la Roma de la que no queda ni un solo vestigio, como la célebre colina del Capitolio, coronada en su día por el gran templo de Júpiter y actual emplazamiento de los Museos Capitolinos; o el inmenso lago artificial (naumaquia) que ordenó excavar Augusto en el barrio del Trastévere en el que se organizaron grandiosas recreaciones de combates navales.

Villas lujosas

Incluso reconstruye el arqueólogo con suma precisión escenarios que nunca se llegaron a concluir, como el lago de recreo de la Domus Áurea de Nerón —sobre el que después se erigió el Coliseo—. Probablemente la "Casa Dorada" de este vilipendiado princeps sea uno de los enclaves que más vale la pena visitar en la actualidad gracias al buen estado de conservación en que se encuentra: la damnatio memoriae que le practicaron los gobernantes posteriores, como Trajano, que construyó unas termas que enterraron el megapalacio, fue paradójicamente la mejor salvaguarda de su memoria.

En el recorrido que propone Golvin emergen dos temas que condicionaron el desarrollo urbanístico: la guerra —César sufragó su foro, en donde se colocó una gran estatua ecuestre de Alejandro Magno a la que se reemplazó la cabeza, con el botín obtenido de la conquista de las Galias, mientras que Trajano utilizó su icónica columna de 40 metros de altura como biombo propagandístico para publicitar sus triunfos en Dacia— y el fuego. El devastador incendio del año 64 d.C. sirvió a Nerón para cimentar su lujosa domus que se extendía por media ciudad, pero no fue el único miembro de la casa imperial que en la destrucción halló una oportunidad. Majencio (306-312) y luego Constantino firmaron la última basílica que se erigió en Roma en la colina que separa el Foro del Coliseo, donde había unos almacenes de pimienta y otras especias que ardieron en 191 d.C, los llamados Horrea Piperataria. Las mismas llamas las aprovechó Julia Domna, esposa de Septimio Severo, para otorgar al Templo de Vesta su estado actual.




Jean-Claude Golvin también desvela interesantes informaciones, como que el actual trazado de la plaza Navona responde al estadio de Domiciano, que fue inaugurado en 86 d.C y donde 30.000 espectadores presenciaron competiciones deportivas. Este emperador abrazó el gigantismo, ejemplificado en su complejo palatino, construido por el arquitecto Rabirio en las dos últimas décadas del siglo I a.C. y que contaba con un comedor ceremonial pavimentado con mármoles multicolores y paredes con tres niveles de órdenes decorativos.

No solo se centra el arqueólogo en la memoria de la Urbs, sino que en los últimos capítulos aborda lugares igual de deslumbrantes como el puerto de Ostia —Claudio ordenó levantar un gran faro a imitación del de Alejandría sobre un barco empleado en tiempos de Calígula para transportar hasta Roma un obelisco— o las originales y lujosas villas de Adriano, en Tívoli, y Tiberio, en Sperlonga. Esta última se edificó junto a una gruta en la que el emperador mandó instalar dos conjuntos escultóricos monumentales sobre la Odisea. Acomodaba a sus invitados en un comedor localizado en medio de una piscina y rodeado de una columnata al que solo se podía acceder en barco; y los colocaba de espaldas al mar para que fijasen su atención en las estatuas. La ilustración de Golvin de este paraje marítimo resulta especialmente evocadora de la exuberancia de los gobernantes romanos.

Fuente:https://www.elespanol.com/


sábado, 12 de febrero de 2022

UNA ESTELA VIAJERA

 Interés por una estela romana que lleva cerca de medio siglo por error en Segóbriga


El Museo Romano de Oiasso de Irún pide una réplica de la pieza y el PP guipuzcoano exige su devolución al País Vasco


Estela votiva


Un cúmulo de circunstancias, como si de un efecto dominó se tratase, hizo que una estela funeraria romana de la ermita de San Valerio de Meatzerreka, de Mondragón/Arrasate (Guipúzcoa), recalara hace ya medio siglo en los almacenes del Museo de Segóbriga como parte de su vasta y extensa colección de epígrafes, que supera las 700 piezas.

Un error en el etiquetado  sobre el origen de esta inscripción romana en el Museo Arqueológico Nacional parece estar detrás del curioso periplo de esta estela funeraria romana, que le llevó desde tierras vascas hasta Madrid para terminar en el yacimiento conquense de Segóbriga, tal y como se recoge en una investigación del catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alicante, Juan Manuel Abascal, publicada en 2010 en una revista científica del CSIC.

 Un epígrafe funerario que ha regresado a la actualidad ante el interés despertado en Guipúzcoa por su actual destino. Y es que hace una semanas desde el PP guipuzcoano se trasladaba a la Diputación Foral una solicitud para que exigiera la devolución de esta estela votiva romana. 

Petición, por cierto, que no se ha producido o, al menos,  no se tiene constancia de ella en el Museo de Cuenca, al que está adscrito el Museo de Segóbriga, según asegura a Las Noticias de Cuenca su responsable, Concha Rodríguez. Sí se ha producido, sin embargo, tal y como confirma, una solicitud de réplica de esta pieza, por parte del Museo Romano Oiasso, del municipio guipuzcoano de Irún, que se encuentra en tramitación.

En relación a la devolución o no de la inscripción, Rodríguez aclara que “no es el Museo de Cuenca el que tiene que tomar una decisión sobre el destino final de esta estela, ya que es propiedad del Ministerio de Cultura y, por lo tanto, le corresponde a él decidir qué hacer”.

PERIPLO DE LA ESTELA




La investigación del catedrático Juan Manuel Abascal sitúa esta inscripción votiva romana en el siglo XVI en la ermita de San Valerio, al norte del municipio de Mondragón/Arrasate, tal y como recogía el escritor Esteban de Garibay (1533-1599) en uno de sus trabajos. Piedra colocada en el altar cubierta por un lienzo, que era venerada por los vecinos de la zona, de tal manera que “se hacía reverencia al altar, luego se enderezaban hacia la bendita piedra e inclinaban sobre ella la dolorida y preocupada cabeza, continuando el íntimo contacto con los expresivos ósculos hasta que se enfriaba, si no la fe, el cráneo”, en palabras de Garibay.

Tales prácticas llevaron consigo que en 1787 Fray José de Ávila, vicario de las monjas Agustinas, denunciara a la Inquisición de Navarra que “en Mondragón se daba culto a una piedra dedicada por los gentiles al dios Decalgos”, lo que llevó al tribunal religioso  a inclinarse por retirarla del altar y enterrarla junto al templo.

 Diecisiete años después, en 1804, el académico José Vargas Ponce (Cádiz, 1760 - Madrid, 1821) la desenterraría y se la llevó entre su equipaje para entregarla a la Real Academia de la Historia, en Madrid, pasando a formar parte de la colección permanente de la Sala de Antigüedades. Un siglo después, en junio de 1907, la inscripción romana de Mondragón fue depositada en el Museo Arqueológico Nacional. 

Allí no se dio valor alguno a una nota de los índices del Museo Arqueológico nacional en la que se decía que la inscripción procedía de Mondragón, según recoge la investigación de Abascal, y, sin embargo, sí se tuvo en cuenta el hecho de que en una fotografía del archivo del museo alguien escribiera al dorso “Procedencia: Segóbriga”.

 De ahí que cuando se construyó el Museo de Segóbriga, Martín Almagro Basch incluyera esta estela votiva romana en el conjunto que se trasladaría a ese nuevo emplazamiento, de tal manera que en 1974 pasaría a formar parte de la colección del museo conquense


Fuente: https://www.lasnoticiasdecuenca.es/









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