In memoriam Pedro Morales Cuenca.


En la localidad conquense de Torrejoncillo del Rey, fue descubierta en el año 1955, por D. Pedro Morales, una cavidad revelada en sueños, como un lugar donde encontraría un singular tesoro escondido en un palacio de cristal.

Tres meses de intensos trabajos dieron como resultado el hallazgo de una cavidad subterránea que resultó ser una mina romana de lapis specularis, de la que no quedaba ni el recuerdo.

En la actualidad, gracias a la intervención de la asociación arqueológica: Cien mil pasos alrededor de Segóbriga y la diputación provincial de Cuenca, se ha convertido en lugar de obligada visita tanto por su interés histórico como cultural.

Si deseas saber más sobre esta historia, accede mediante este link

https://moraencantada.blogspot.com/2011/04/historia-de-un-sueno.html


jueves, 22 de abril de 2021

JULIO CESAR EN EL ESPINAR

 Julio César ensayó en Segovia sus tácticas para la Guerra de las Galias


Estatua de Julio Cesar


Descubren restos arqueológicos de campamentos romanos en El Espinar como los de la batalla de Alesia


Una década antes de medirse con Vercingétorix en la batalla de Alesia, Julio César pudo haber ensayado en Hispania la estrategia que le dio la victoria en este célebre enfrentamiento de la Guerra de las Galias. En las proximidades de la localidad segoviana de El Espinar se han localizado al menos dos campamentos romanos del siglo I a.C. con estructuras semejantes a las de Alesia, junto a los restos de un gran asentamiento indígena que también sufrió el asedio de Roma y acabó sucumbiendo ante su poder.

«Los fosos y parapetos paralelos de los campamentos tienen una entrada de cuarto de semicircunferencia, también llamada de clavícula, que rompe la línea del muro y se desarrolla hacia el interior. Es el tipo de entrada que hasta ahora se había documentado por primera vez en Alesia, donde sabemos que estuvo Julio César, y se identifica con sus tácticas o con las de aquellos que estaban con él», explica el arqueólogo Iván Aguilera, director del proyecto de este yacimiento segoviano denominado Canto-Los Hierros.

A esta característica propia del famoso político y militar romano se une el hallazgo en estos parajes al pie de la sierra de Malagón de tachuelas de las sandalias que usaban las tropas legionarias y de restos de armamento e impedimenta empleado a mediados del siglo I a.C. Por esa época, Aguilera recuerda que «no hay un evento militar significativo en esta zona salvo la presencia de César, que aparece en el año 61 a.C. en la Península».




En el reparto de las provincias, a Julio César le fue asignada la Hispania Ulterior, que ya conocía por haber sido ocho años antes 'cuestor', un magistrado que se encargaba de la administración del erario público y de la recaudación de impuestos. Aún regresaría por tercera vez en la década de los 40 a.C., durante las guerras civiles, pero es en su etapa intermedia como 'propretor' o gobernador cuando al mando de sus tropas batió este territorio, obligando a bajar al llano a las poblaciones indígenas para facilitar su tributación.

«Julio César buscaba la gloria y la fama a través de éxitos militares que, además, le proporcionaban un botín para pagar sus deudas e ir subiendo en la escala de su carrera política», relata el arqueólogo de El Espinar.

Las nuevas tecnologías empleadas en el yacimiento Canto-Los Hierros de El Espinar, con el uso de modelos digitales del terreno de óptima resolución a partir de datos LIDAR, revelan un gran espacio de 135 hectáreas delimitado con cuatro tramos de muralla en lo alto de un cerro, que se cree que fue habitado desde el siglo III a.C por los vetones, un pueblo de cultura celta de carácter guerrero y ganadero. Las primeras investigaciones llevadas a cabo en 2016, en el marco del programa Atajo, descubrieron los restos de casi un centenar de viviendas similares a otras poblaciones prerromanas del Sistema Central.

Un gran yacimiento





Iván Aguilera indica que sus dimensiones serían como las del actual pueblo de El Espinar, al menos su casco urbano. «Para este contexto de la Edad del Hierro, es uno de los yacimientos más grandes, si no el mayor que hay», asegura. La vecina protociudad del Castro de Ulaca, en Ávila, ocupa una superficie mucho menor, de 70 hectáreas.

Al enclave vetón se suma la veintena de hectáreas que ocuparon los campamentos romanos para su asedio, definiéndose así todo auténtico complejo arqueológico. Eran éstos acantonamientos temporales, simples recintos dotados de un foso y un parapeto perimetrales. Dentro, los legionarios pernoctarían en tiendas de campaña durante las semanas o meses que durase el asedio del 'oppidum' vetón.

Se calcula que debieron estar ocupados por un par de legiones, unos 10.000 soldados. «No sabemos si Julio César dirigió personalmente el cerco, pero sí podemos rastrear su huella en las maniobras de control de ese asentamiento indígena», explica el director del proyecto del programa Atajo, una iniciativa presente desde el 2009 en el entorno segoviano, de puesta en valor del legado cultural y silvestre del medio rural con la finalidad, mediante la actividad pedestre y el análisis histórico, de generar nuevos recursos económicos.

De corroborarse su hipótesis, la estrategia que desarrolló César en este territorio segoviano contra los vetones «sería un antecedente», que le habría servido como preparación para lo que viviría a posteriori en la guerra de las Galias y para acaparar después el máximo poder en Roma.




Aún queda mucho por investigar en el asentamiento indígena de los vetones y en estos campamentos romanos, los primeros que se documentan entre el Sistema Central y el valle del Duero. Solo con futuras excavaciones se podrá dar luz a este antiguo escenario de asedio. El hallazgo de nuevos materiales ayudaría a concretar las fechas y permitiría conocer mejor este episodio de la historia. Sin embargo, las investigaciones se encuentran «en una fase de incertidumbre», según Aguilera, ante la falta de compromiso de las administraciones locales y la negativa de propietarios de las fincas donde se ubica el yacimiento a dejar trabajar a los arqueólogos.

En el mismo lugar que ocupó uno de los campamentos romanos, los arqueólogos han encontrado envases de hojalata que fueron utilizados para el avituallamiento de las tropas sublevadas durante la Guerra Civil. A Aguilera no le extraña. «Fue un enclave estratégico militar usado a lo largo de la historia por su visibilidad, su posicionamiento en alto y por su situación geográfica», explica.


Fuente:  https://www.abc.es/cultura


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