¿Quién era la primera alcalaína retratada en la romana Complutum?
Su imagen apareció en la Casa de los Grifos, un raro espacio que cuenta con la mejor colección de pintura mural en un solo edificio que se conserva en España
La Casa de los Grifos recibe su nombre de los animales mitológicos que decoran una de las pinturas más características de la casa. Cuenta con la mejor colección de pintura mural en un solo edificio que se conserva en España. Esta domus fue construida en época de Augusto (siglo I d.C.), sufrió varias reformas y terminó destruida a consecuencia de un incendio en la época severiana, a comienzos del siglo III d.C.
El edificio no volvió a levantarse sino que fue derribado de manera ordenada tiempo después, lo que ha facilitado la recuperación de sus espectaculares pinturas, entre otros restos. Complutum, la única ciudad romana completa de la Comunidad de Madrid, hoy Alcalá de Henares.
Esta Casa de los Grifos y este retrato, que es un completo trabajo de investigación dirigido por Ana Lucía Sánchez, es en realidad un gigantesco puzzle. Un trabajo muy lento porque cuesta recuperar la pintura mural de una habitación que tienes un nivel de fragmentación tan grande.
Aunque no solo se ha logrado recuperar el retrato de esta antigua domina, señora, que, según los investigadores, fue muy probablemente la propietaria de la casa y un personaje muy importante en su comunidad, sino que también se ha podido rehacer una imagen del rostro de Baco, el dios del vino, descubierto en esta misma habitación, donde, en el zócalo inferior, también han aparecido pinturas que representan a otros personajes, aparentemente divinidades y animales fantásticos.
Esta domus fue una mansión de grandes dimensiones, unos 900 metros cuadrados (30 x 30 metros), a los que habría que sumar una taberna y dos pórticos de dos metros de ancho en las fachadas oeste y sur. Hasta la fecha, en esta vivienda se han localizado diecisiete habitaciones. El centro del edificio, como en cualquier casa romana típica, está ocupado por un peristilo (una galería de columnas) con jardín rodeado por un pasillo porticado. La mayoría de las estancias se abren a esta luminosa zona. Se han localizado varios cubículos (estancias privadas o dormitorios), un tablinum (estancia donde el propietario de la casa recibía las visitas de sus clientes), un oecus o triclinium (una gran sala que a menudo se usaba como comedor principal) y otras habitaciones con una clara función artesanal y comercial.
Pero, sin duda, lo que hace de esta casa algo excepcional y da cuenta de la riqueza de sus propietarios son los restos de pinturas murales que decoraban los muros de doce de sus estancias. En estas pinturas se plasmaron elementos arquitectónicos (zócalos, cornisas, columnas jónicas o mármoles), animales y seres mitológicos como los grifos que dan nombre a la casa o una representación del dios Sol y de Júpiter transformado en cisne.
Bueno, eso y más cosas que sin duda restan por descubrir en un espacio único de la región como es Complutum, donde aquella primera alcalaína retratada nos mira con incredulidad.
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