Villa gallo-romaine de Vieux-la-Romaine, près de Caen, Baja Normandía (Francia).
En la actualidad disponemos de un eficiente sistema para calentar las viviendas, el suelo radiante. Su funcionamiento se basa en hacer circular por debajo del suelo agua caliente a través de unos tubos de polietileno, pero lejos de ser un invento moderno su origen hay que buscarlo en los tiempos de la antigua Roma.
Se le atribuye al ingeniero romano Cayo Sergio Orata (Caius Segius Aurata) del que poco se sabe de su vida aunque se supone que nació en Campania a finales del siglo II a. C. Fue todo un personaje en su época, emprendedor, negociante y con gran ingenio, tuvo la suficiente visión comercial como para amasar una fortuna.
Empezó como criador y comerciante de ostras, desarrollando su cultivo como nunca nadie lo había conseguido hasta entonces al construir presas que regularan las mareas sobre el lago Lucrino, para después iniciar una exitosa campaña de promoción que las hizo considerar como “las más ricas y deseadas” de todo el mundo. Más tarde, tuvo la genial idea de inventar un sistema de calefacción (hypocaustum) que permitió difundir las termas romanas por todo el Mediterráneo. Su nombre se origina de “hipo” (por debajo de) y “causto” (quemado) describiendo así su funcionamiento: en un horno construido en el exterior del edificio se quemaba leña y el aire caliente obtenido se transportaba mediante canalizaciones por un falso suelo elevado sobre pilas de ladrillos a 40-60 cm de altura. Los humos se eliminaban a través de huecos del interior de las paredes hacia la parte más alta de la vivienda donde se evacuaban al exterior.
Villa romana de La Olmeda en Pedrosa de la Vega (Palencia, Castilla y León).
Así, por convección y radiación, se obtenían temperaturas en la vivienda de hasta 30 grados. En las termas, para poder obtener temperaturas más altas, se añadían tubos de barro cocido en los muros. En ocasiones se superaban los 50 grados obligando a los bañistas a usar sandalias para no quemarse los pies y es más que probable que encontráramos muchos hombres y mujeres con quemaduras y piernas varicosas agravadas por estas temperaturas.
Cayo Sergio Orata, con gran visión de negocio, supo aprovechar la expansión inmobiliaria en las costas de Pozzuoli. Compró villas enteras que reformaba con su invención, revendiéndolas después a precios mucho más elevados. Así, la bahía de Nápoles pasó a convertirse en una de las zonas más cotizadas de la época.
Hay un expresión muy conocida “estar en la gloria” de la que su origen parece provenir del nombre que recibió la invención de este genial romano al rebautizarse su hipocaustum como “Gloria” durante la Edad Media. Y es que 2.000 años antes que nosotros ya disfrutaban de muchas de las comodidades de los tiempos actuales.
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