In memoriam Pedro Morales Cuenca.


En la localidad conquense de Torrejoncillo del Rey, fue descubierta en el año 1955, por D. Pedro Morales, una cavidad revelada en sueños, como un lugar donde encontraría un singular tesoro escondido en un palacio de cristal.

Tres meses de intensos trabajos dieron como resultado el hallazgo de una cavidad subterránea que resultó ser una mina romana de lapis specularis, de la que no quedaba ni el recuerdo.

En la actualidad, gracias a la intervención de la asociación arqueológica: Cien mil pasos alrededor de Segóbriga y la diputación provincial de Cuenca, se ha convertido en lugar de obligada visita tanto por su interés histórico como cultural.

Si deseas saber más sobre esta historia, accede mediante este link

https://moraencantada.blogspot.com/2011/04/historia-de-un-sueno.html


sábado, 10 de octubre de 2015

EMILIO. UN MAESTRO ARTESANO

Emilio es profesor en un pueblo de Cuenca.

Y un maestro nunca deja de serlo aunque esté fuera de las aulas donde ejerce su magisterio, un maestro sigue conservando en su ideario el carisma de la enseñanza y eso hace a los hombres sabios, en la medida que son capaces de trasmitir sus conocimientos adquiridos a base de estudio y experiencia personal.

Emilio se ha convertido en Emilius. Un artesano de la antigua Roma, trabajador especializado en el corte del Lapis specularis, tan hábil y brillante trabajando y manipulando dicho material como trasparente y accesible su persona.

En las jornadas que tuvieron lugar tanto en Valeria como en Torrejoncillo del Rey donde se sitúan las minas de espejuelo, nos hizo demostración del corte con sierra romana de la piedra de luna o de lobo, conformando simetrías traslúcidas que en época romana era cerramiento de ventanas a modo de cristal, y protegía invernaderos de las inclemencias del tiempo. Tiberio sabía de ello en su retiro de Capri. Su uso también daba realces de escalofrío a las arenas del circo colosal de la ciudad eterna.

Ahora Emilius se ha convertido en un maestro artesano voluntarioso donde los haya , acompañando a los miembros de la asociación de los cien mil pasos ¡que no son pocos! en charlas y acontecimientos, eventos y exposiciones. Siempre cargado con su Lapis, su sierra y su capacho con cordajes; ataviado con paño basto de burdo oropel y adornado con esa sonrisa franca, de profesor doctorado en ciencia humana de almas trasparentes. 

Para ti Emilio, nuestro reconocimiento y gratitud por esta labor voluntaria que a tantos ilustra y a tantos asombra.
Abrazos de hermano y amigo.






2 comentarios:

dijo...

Es admirable este hombre.

temple dijo...

En pocas palabras, es lo que es.
Un abrazo.

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